¿Te ha pasado que, tras mucho tiempo pintando aún no lograr comprender bien cómo crear una obra? 

Definir qué quieres transmitir y cuál quieres que sea la percepción del espectador...

Partamos por saber qué es la composición: Componer es ordenar los elementos plásticos que configuran la obra pictórica teniendo en cuenta conceptos como equilibrio, distribución de masas, simetría, luz, color. La composición es por lo tanto el factor que proporciona coherencia formal a la obra de arte.

En toda composición debe existir un nexo de unión que proporcione unidad y que se rija por el principio básico que es el equilibrio.

La composición puede conseguir el efecto que estás buscando mediante líneas de fuerza que seguimos automáticamente, líneas visibles o implícitas, como la línea el punto de fuga de un tercer plano. 

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Pero, ¿Por qué es tan importante? Es importante porque interviene en la apreciación de la obra de arte, es lo que hace que una pieza sea llamativa y dinámica, o tranquila y relajante.

Es determinante cómo la composición afecta el estado de ánimo y por ende lo que queremos comunicar.

Ay, ¿Cómo lograr eso? Sigue leyendo y te explico cómo.

La respuesta requiere comprender bien los cimientos de la pintura a lo largo de la historia del arte para así poder desarrollar una visión propia de nuestra pintura. Por ejemplo, una composición simétrica, donde los elementos tienen el mismo peso visual a ambos lados, puede ofrecer un efecto sosegado, mientras que las obras asimétricas que no guardan ese equilibrio atraen la atención hacia la parte que más pesa, creando un recorrido sensorial con una intención concreta.